martes, 18 de mayo de 2010

Of waterlilies & death






Con la única e inestimable ayuda de la lucidez que de tanto en cuando me sacude
Obviedades que no lo son tanto,
subyacentes en lo recónditos parajes que bordean los límites de mi "País de Nunca Jamas"
se ven obligadas a desincrustarse inevitablemente y flotar a la superficie donde pueda reconocerlas, analizarlas, evaluarlas, reflexionarlas, razonarlas, asimilarlas, interiorizarlas, sentirlas de una vez por todas y... lidiarlas, para ¡por fin! eliminarlas de mi complejo y maravilloso sistema.

De una vez por todas, creo que ya tengo la mayor parte de las piezas del puzle: una bella y etérea mujer, un ronin, una pequeña niña, una fuente comprimida de energía rojiza y negra que en mi mano explota, expandiéndose en una translúcida nube de niebla que cubre un naciente, incandescente, pero a la vez, potente brillo iridiscente de cuyo epicentro brota una sutil, casi imperceptible silueta. Un cementerio, un enterramiento, una muerte, un estanque lleno de nenúfares, una angustia inesperadísima, lágrimas a flor de piel sin un motivo aparente, pero de profundidad incalculable, kit-boxing inconcluso, censurados brazos- encubierta vulnerabilidad, síndrome de los Reyes Magos, perros enjaulados , elefantes encadenados, muchas "auto"-imposiciones estúpidas (autoperfección, autocrítica, autoexigencia, autocontrol, autocensura, autoprotección, ect.) y un sinfín más... sólo tengo que ponerlas en orden, hacer que encajen.

La múltiples capas de cebolla que me protegieron, muy sabiamente, en su día, ahora son una asfixiante y torturante carga; ya no me hacen falta. Han ido cayendo una tras otra las más superficiales, pero necesito pelar más, llegar más profundo, que caiga de una vez. Liberarme.

El bloqueo empieza a ceder... Y estoy contenta. Tiembla muy buen amigo mío, ¡¡¡tienes los días contados!!!, pero con buen paso y buena letra, no tengo prisa, porque ya estoy mejor y saldré victoriosa de esta batalla.